Existen diversas razones para querer trabajar en una determinada empresa, la primera está relacionada con el dinero que voy a ganar, y la segunda son las condiciones de trabajo que se ofrecen. Pero ya una vez ejerciendo el puesto de trabajo, estas razones tan fundamentales, se transforman en higiénicas, ósea que, ya no son los principales factores de permanencia de las personas, sino que, empiezan a operar otras fuerzas y factores que hacen que el trabajador tome sus decisiones sobre si seguir en la empresa, abandonarla o peor aún trabajar desmotivado.
Este es un problema para las empresas que contratan personal de temporada, tanto en cada temporada como de una temporada a otra. Muchos puestos de trabajo, relacionados con la producción de semillas requieren de competencias que son claves para que la producción se desarrolle en buenas condiciones, por tanto, la capacitación y la eficiencia del trabajo, son relevantes para tener una rentabilidad adecuada y que viabilice la misma producción.
Nos hemos encontrado con situaciones en las cuales, estos procesos que son tan importantes para el éxito de la operación, no se consideran en la planificación o se dejan en manos de personas que muchas veces no tienen las competencias, para implementarlos en forma exitosa.
La captación y retención de un trabajador de temporada, responde a factores que pueden planificarse oportunamente con el fin de evitar bajo rendimiento y desvinculaciones no deseadas.
Todos estos aspectos se pueden abordar en base a un modelo de gestión del trabajador de temporada que considera variables como su planificación, reclutamiento, permanencia, cumplimiento de objetivos con mediciones de indicadores de productividad, a través, de intervenciones sistémicas con las personas que tienen responsabilidad en estos procesos, por tanto, se hacen de una manera específica en cada empresa según sea su realidad y contexto.
En Genzó consultores, nos hemos dedicado a abordar estas materias de una manera sistemática y estamos conscientes de fortalecer estas necesidades para favorecer el desarrollo y crecimiento de las empresas socias de Anpros, por lo que esperamos construir una relación fructífera y de confianza, con la que podamos acompañarlos en los cambios y transformaciones que se requieren para lograr mejores resultados en las variables analizadas, que impactan finalmente en el cumplimiento de los compromisos y satisfacción de los clientes
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“Yo tengo las tres variedades anteriores, Santa Clara, Santa Catalina y Santa Teresa. Antes tenía otra variedad que era la Heritage, pero no se compara para trabajarla y por el rendimiento. Las Santas me facilitan el trabajo, es una buena elección. No es tanta la superficie que tengo plantada, pero el rendimiento es muy bueno, llego a las 20 toneladas por hectárea”, comentó la productora de Teno, Isabel Leyton, quien, además, agregó: “Me siento tan orgullosa de tener una variedad con mi nombre. No sé cómo expresar esta alegría, pero lo que sí sé es que la cultivaré porque de seguro es tan buena o mejor que las que ya tengo”.
“La experiencia que tuvimos nosotras fue maravillosa. Yo estoy súper contenta con mi trabajo y me gustaría seguir adelante, conociendo otras cosas más. He tenido la fortuna de producir las tres variedades anteriores, donde la Santa Clara ha sido la mejor que se me ha dado, pero me quedo con todas, pues son todas ricas y mucho más grandes. Nosotras en Aysén tenemos una frambuesa nativa, pero estas otras son incomparables de lo buenas”, señaló Eduvina Troncoso, quien respecto a tener una frambuesa con su nombre puntualizó: “Sentí mucha responsabilidad, sentí nuevas energías, más vigor, pero además como mujer, siento que represento a muchas mujeres productoras de la Patagonia. Y por supuesto, la voy a plantar, la voy a amar como amo también las otras”.





















