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Caída de los fertilizantes alivia al agro

La menor demanda mundial, la baja del dólar y de los fletes navieros han permitido nueve meses de reducciones constantes en los precios de esos insumos.
‘Fue tremendo lo que pasó con los fertilizantes la última temporada. El impacto del alza de precios en los márgenes fue muy fuerte. Al extremo que muchos agricultores al vender su producción no tuvieron margen o fue uno muy acotado’, sostiene Rodrigo Delarze, asesor agrícola de la Molinera Gorbea, en la Región de La Araucanía.

El escenario que describe Delarze no solo se dio en Chile, sino que en el resto del mundo. La producción mundial de alimentos se resintió por la violenta alza de los fertilizantes, gatillada por la invasión de Ucrania por parte de Rusia a fines de febrero de 2022.

Las exportaciones de dos de los principales oferentes de fertilizantes en el mundo quedaron en entredicho y los precios de esos insumos se dispararon.

En el caso de Chile, la tonelada de urea granular llegó a un promedio de $1.012.849 en abril de 2022, según Agrocompra, un mercado digital de agroinsumos. Muchos productores optaron por economizar vía menor superficie o una menor intensidad en el uso de fertilizantes.

Es que el gasto en fertilizantes no es menor para los agricultores de cultivos anuales. Delarze explica que, por ejemplo, en el raps se usan 450 kilos de urea y 400 kilos de otros productos por hectárea.

Sin embargo, hoy el panorama es distinto. Por ejemplo, la tonelada de urea se transó en marzo recién pasado a $655.784, todavía sobre el promedio de los años anteriores al conflicto en Europa del Este, pero sensiblemente menos que en 2022.

En todo caso, tras el remezón del año pasado, los agricultores miran atentos qué sucederá con los fertilizantes en los próximos meses, justo en momentos en que se inician las primeras siembras de cultivos anuales.

Menor demanda mundial

Los números son importantes. Según Agrocompra, en el primer trimestre de 2023 el valor de la urea ha bajado 15% en Chile. Un alivio para los agricultores, pues es el principal fertilizantes en los cultivos anuales.

Para los agricultores las buenas noticias vienen también de otros insumos. El superfosfato triple tuvo una caída de 22,5% en los tres primeros meses de año, período en que el sulfato de potasio soluble cayó 24,15%.

Ahora bien, si se compara con los máximos precios del año pasado, que se alcanzaron en junio, en esos dos productos hoy la baja del superfosfato triple es de 43% y del sulfato de potasio soluble 42,3%. Un gran alivio para el bolsillo.

En el aterrizaje del precio de los fertilizantes contribuyeron muchos elementos. El principal es que la misma alza de esos productos hizo que los agricultores de todo el mundo, incluyendo Chile, frenaran su consumo.

Se estima que en caso del mercado local, el volumen de la demanda por fertilizantes habría caído más de 25% en 2022.

El ajuste en el uso de esos productos estuvo tanto por la menor superficie sembrada como por la menor incorporación de ciertos productos apelando a que la planta obtuviera del suelo elementos, como el fósforo, que se habían ido acumulando a través de las temporadas.

La menor demanda originó una pendiente de precios que lleva casi nueve meses. Como el mercado se acostumbró a que cada mes haya valores inferiores, las compras se han ido posponiendo lo más posible.

‘Los mercados han estado bajistas, lentos. Desde septiembre claramente la demanda aflojó mucho en el mundo y recién en marzo se volvió a activar. Esa falta de interés hizo que los precios cayeran’, sostiene Claudio Morales, gerente general de CNA, una importadora de fertilizantes.

Morales recuerda que el inicio de las bajas estuvo comandado por la urea, pues tiene un gran número de oferentes.

Según Max Donoso, socio de Agrocompra, las empresas comercializadoras han sido muy cuidadosas a la hora de traer fertilizantes a Chile.

‘En un escenario de bajas constantes de precios nadie quiere tener muchos días los fertilizantes en sus manos. Es un riesgo financiero enorme. Si compraste un barco de fertilizantes a 100 y lo terminas vendiendo a 70, vas a tener problemas serios’, sostiene Donoso.

También ha jugado un papel no menor el alza de las tasas de interés en todo el mundo para contener la inflación. Los fertilizantes son commodities y la cadena de comercialización opera con márgenes bajos y requiere de un uso intensivo de capital de trabajo.

El dólar también ha jugado un papel importante, pues el 2022 llegó a máximos de $1.000, mientras que este año se ha movido en torno a los $800, lo que vuelve más baratas las importaciones.

Y, los fletes navieros también se alinearon con la baja de precios.

‘El costo de mover la carga en barco ha bajado mucho. Eso tiene un impacto en el precio con que los fertilizantes llegan a Chile. El cambio es especialmente importante en el caso de la carga que se trae en contenedores, como los productos solubles. Hace un año un contenedor desde China tenía un costo de US$ 10.000, mientras que hoy está en US$ 1.500’, explica Gabriel Infante, gerente de Fertilizantes de Copeval.

Cercano al piso

La gran pregunta por estos días en el negocio de los fertilizantes es si los precios seguirán bajando.

En la mayoría de la industria se cree que si bien puede haber un espacio para algún movimiento bajista adicional, ya se estaría cerca del piso.

‘El precio de la energía sigue alto, un elemento clave en la producción de fertilizantes, por lo que hay plantas que van a tener que cerrar pues no son viables con costos actuales. No veo mucho espacio para mayores bajas’, afirma Claudio Morales.

También se argumenta que dada la inflación mundial, que por ejemplo se ha traspasado a mayores sueldos en las empresas elaboradoras, es difícil que el costo de los fertilizantes llegue a niveles anteriores a los del inicio de la guerra en Ucrania.

Por el lado de la demanda chilena por fertilizantes, Max Donoso proyecta una recuperación de los volúmenes anteriores a los del peak del año pasado, con un alza de entre 25% y 30%

Aunque los problemas de transporte naviero ya se terminaron, lo que asegura un flujo constante de productos, incluidos los productos solubles, se va a necesitar una especial programación de las compras por parte de los agricultores.

Debido a que las empresas importadoras y distribuidoras son renuentes a mover grandes volúmenes esta temporada, los stock serán los mínimos posibles. Por eso se recomienda organizar las compras con un par de meses de anticipación.

Fuente: Revista del Campo

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