La activa demanda de los molinos y una oferta mundial estable blindan al trigo. En tanto, el raps se frenó por las lluvias y la avena depende de la pelea arancelaria entre Canadá y EE.UU.
‘El negocio agrícola está con resultados similares a los que siempre tuvo. La temporada 2025-26 no debería ser tan mala, tengo esperanza para este nuevo año’, afirma Patricio Avilés, agricultor de La Unión, Región de Los Ríos.
A pesar de la calma que proyecta, el productor sureño ya tuvo que tomar una decisión dura al momento de decidir sus siembras para 2025.
El raps es el primero de los cultivos anuales sureños que se siembra y Avilés le bajó el pulgar. La presencia de una importante cantidad de maleza que afecta al raps en su zona lo llevó a eliminarlo de su lista de cultivos este año.
Sin embargo, sigue adelante con sus planes para sembrar cerca de 430 hectáreas de trigo. El clima muy lluvioso ha hecho cuesta arriba su siembra de trigo invernal, pero eso no altera los planes de Avilés para este año.
El agricultor sigue atento el movimiento del mercado nacional de las papas y otros cultivos de menor superficie para ver con qué cantidad de hectáreas se la jugará en el nuevo año agrícola que comienza. También tiene un ojo puesto en las noticias internacionales como la ofensiva arancelaria lanzada por EE.UU. y las posibilidades de paz entre Ucrania y Rusia, dos grandes exportadores de cereales y oleaginosas.
A pesar de la calma que proyecta, el productor sureño ya tuvo que tomar una decisión dura al momento de decidir sus siembras para 2025.
El raps es el primero de los cultivos anuales sureños que se siembra y Avilés le bajó el pulgar. La presencia de una importante cantidad de maleza que afecta al raps en su zona lo llevó a eliminarlo de su lista de cultivos este año.
Sin embargo, sigue adelante con sus planes para sembrar cerca de 430 hectáreas de trigo. El clima muy lluvioso ha hecho cuesta arriba su siembra de trigo invernal, pero eso no altera los planes de Avilés para este año.
El agricultor sigue atento el movimiento del mercado nacional de las papas y otros cultivos de menor superficie para ver con qué cantidad de hectáreas se la jugará en el nuevo año agrícola que comienza. También tiene un ojo puesto en las noticias internacionales como la ofensiva arancelaria lanzada por EE.UU. y las posibilidades de paz entre Ucrania y Rusia, dos grandes exportadores de cereales y oleaginosas.
Al igual que Avilés, la llegada del otoño y el pronto inicio del invierno obliga a los agricultores del sur del país a tomar las decisiones más importantes del año: qué y cuánto sembrar. Aunque por superficie el trigo es el cultivo que manda y determina a otros que entran en la necesaria rotación anual para evitar las plagas, siempre hay opciones para aumentar o disminuir las hectáreas.
No es raro que cuando el horizonte de rentabilidad se ve negativo, la demanda por arriendo de tierra disminuya o se reemplacen cultivos.
Lo que se juega por estos días afecta a una buena parte de la superficie agrícola chilena —solo en el trigo, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el año pasado se sembraron 153 mil hectáreas y en la avena se llegó a 97 mil hectáreas—, aunque también a los habitantes de las ciudades, pues la mitad del trigo que se destina a pan en Chile se produce localmente.
Desde los resultados de la temporada 2024-2025, pasando por el clima sureño, las vicisitudes comerciales y productivas internacionales, determinarán las decisiones de siembra al inicio del año agrícola 2025-2026.
No es raro que cuando el horizonte de rentabilidad se ve negativo, la demanda por arriendo de tierra disminuya o se reemplacen cultivos.
Lo que se juega por estos días afecta a una buena parte de la superficie agrícola chilena —solo en el trigo, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el año pasado se sembraron 153 mil hectáreas y en la avena se llegó a 97 mil hectáreas—, aunque también a los habitantes de las ciudades, pues la mitad del trigo que se destina a pan en Chile se produce localmente.
Desde los resultados de la temporada 2024-2025, pasando por el clima sureño, las vicisitudes comerciales y productivas internacionales, determinarán las decisiones de siembra al inicio del año agrícola 2025-2026.
Trigo, con panorama despejado
Sebastián Naveillán tiene un cauto optimismo. Como presidente de la Asociación de Agricultores de Malleco, en la Región de La Araucanía, le toca estar en terreno en el valle que una vez fue considerado el granero de Chile.
‘Sin duda que los precios de la temporada 2024-25 fueron mejores que los de la anterior, pero aun así sembramos con un dólar bastante más caro y con un rendimiento no tan bueno como la temporad
a anterior. Raya para la suma, fue una temporada muy normal, regular. Eso te hace pensar tu proyección para la temporada 2025-26′, afirma Sebastián Naveillán.
El dirigente sureño enfoca su análisis en los resultados del trigo y enfatiza que los precios en la última cosecha fueron mejores que los de la temporada anterior, ‘en la que hubo una gran diferencia de 30 pesos entre lo que se traía de afuera y lo que se pagaba a nivel local’.
Como muchas veces las decisiones de qué sembrar se toman mirando el espejo retrovisor, los últimos resultados dan señales importantes de lo que viene.
Un ejecutivo que trabaja en un importante molino, pero que prefiere hablar de manera anónima, explica que en la cosecha 2025 hubo una fuerte competencia entre las empresas procesadoras, lo que impulsó al alza el precio del trigo.
‘Me costó mucho encontrar productores al sur de La Araucanía’, sostiene el ejecutivo, que explica que se pagó entre 260 y 270 pesos el kilo de trigo puesto en planta en Temuco en plena cosecha 2025, frente a los 230 a 240 pesos de 2024.
La demanda se ha mantenido por el trigo local que guardaron los agricultores para vender durante el resto del año.
‘Hay interés por seguir comprando trigo nacional en casi todas las categorías por parte de los molinos, incluso a pesar de que las calidades fueron menores a las expectativas de los agricultores’, sostiene Andreas Köbrich, responsable del Boletín de Cereales de la Sociedad Nacional de Agricultura y el Consorcio Agrícola del Sur.
Sebastián Naveillán cree que hay que ser muy cautos a la hora de tratar de predecir el mercado para el trigo en Chile en la próxima cosecha 2026.
‘Hay que estar siguiendo el mercado mundial casi día a día. Está bastante fluctuante, pues por momentos parece que la guerra entre Rusia y Ucrania podría parar y si el mercado se abre para los cereales de esos países, podría haber un mayor stock mundial’, sostiene el dirigente del Malleco.
En tanto, Juan Pablo Sandoval, gerente comercial de Trimma, explica que los precios internacionales del trigo muestran estabilidad en la actualidad.
‘El último informe de USDA dice que la producción mundial está muy pareja y no hay elementos que provoquen cambios importantes en los precios. Sin embargo, de aquí a diciembre hay que estar atentos a lo que pueda pasar entre Ucrania y Rusia y por los efectos de la guerra arancelaria’, sostiene Juan Pablo Sandoval.
Frente a la calma externa, el clima de la zona sur aparece como el convidado de piedra.
El otoño 2025 ha sido muy generoso en precipitaciones, lo que ha demorado las siembras del llamado trigo invernal, el primero que se implanta en los potreros sureños.
‘Vamos muy atrasados en el trigo invernal. Nos han tocado lluvias que duran varios días. Es complicado sembrar con los suelos con tanta agua. Los agricultores están aprovechando cada ventana de buen tiempo para entrar a los campos y sembrar. En todos los puntos en que se puede avanzar se está trabajando. Sin embargo, aun así llevamos cerca de 15 días de atraso en las siembras de trigo invernal en la actual temporada’, explica Julio Oberg, asesor agrícola afincado en la Región de La Araucanía.
Una de las ventajas del trigo de siembra temprana es que tiene un mejor rendimiento, por lo que de extenderse por un tiempo relevante el régimen de lluvias podría generar una merma en la producción de ese cereal en Chile para el ciclo agrícola 2025-2026.
‘Sin duda que los precios de la temporada 2024-25 fueron mejores que los de la anterior, pero aun así sembramos con un dólar bastante más caro y con un rendimiento no tan bueno como la temporad

El dirigente sureño enfoca su análisis en los resultados del trigo y enfatiza que los precios en la última cosecha fueron mejores que los de la temporada anterior, ‘en la que hubo una gran diferencia de 30 pesos entre lo que se traía de afuera y lo que se pagaba a nivel local’.
Como muchas veces las decisiones de qué sembrar se toman mirando el espejo retrovisor, los últimos resultados dan señales importantes de lo que viene.
Un ejecutivo que trabaja en un importante molino, pero que prefiere hablar de manera anónima, explica que en la cosecha 2025 hubo una fuerte competencia entre las empresas procesadoras, lo que impulsó al alza el precio del trigo.
‘Me costó mucho encontrar productores al sur de La Araucanía’, sostiene el ejecutivo, que explica que se pagó entre 260 y 270 pesos el kilo de trigo puesto en planta en Temuco en plena cosecha 2025, frente a los 230 a 240 pesos de 2024.
La demanda se ha mantenido por el trigo local que guardaron los agricultores para vender durante el resto del año.
‘Hay interés por seguir comprando trigo nacional en casi todas las categorías por parte de los molinos, incluso a pesar de que las calidades fueron menores a las expectativas de los agricultores’, sostiene Andreas Köbrich, responsable del Boletín de Cereales de la Sociedad Nacional de Agricultura y el Consorcio Agrícola del Sur.
Sebastián Naveillán cree que hay que ser muy cautos a la hora de tratar de predecir el mercado para el trigo en Chile en la próxima cosecha 2026.
‘Hay que estar siguiendo el mercado mundial casi día a día. Está bastante fluctuante, pues por momentos parece que la guerra entre Rusia y Ucrania podría parar y si el mercado se abre para los cereales de esos países, podría haber un mayor stock mundial’, sostiene el dirigente del Malleco.
En tanto, Juan Pablo Sandoval, gerente comercial de Trimma, explica que los precios internacionales del trigo muestran estabilidad en la actualidad.
‘El último informe de USDA dice que la producción mundial está muy pareja y no hay elementos que provoquen cambios importantes en los precios. Sin embargo, de aquí a diciembre hay que estar atentos a lo que pueda pasar entre Ucrania y Rusia y por los efectos de la guerra arancelaria’, sostiene Juan Pablo Sandoval.
Frente a la calma externa, el clima de la zona sur aparece como el convidado de piedra.
El otoño 2025 ha sido muy generoso en precipitaciones, lo que ha demorado las siembras del llamado trigo invernal, el primero que se implanta en los potreros sureños.
‘Vamos muy atrasados en el trigo invernal. Nos han tocado lluvias que duran varios días. Es complicado sembrar con los suelos con tanta agua. Los agricultores están aprovechando cada ventana de buen tiempo para entrar a los campos y sembrar. En todos los puntos en que se puede avanzar se está trabajando. Sin embargo, aun así llevamos cerca de 15 días de atraso en las siembras de trigo invernal en la actual temporada’, explica Julio Oberg, asesor agrícola afincado en la Región de La Araucanía.
Una de las ventajas del trigo de siembra temprana es que tiene un mejor rendimiento, por lo que de extenderse por un tiempo relevante el régimen de lluvias podría generar una merma en la producción de ese cereal en Chile para el ciclo agrícola 2025-2026.
Raps limitado por clima
Como un canario al interior de una mina, el raps es el primer cultivo extensivo en afrontar la realidad del nuevo año agrícola, pues el grueso de su
siembra se realiza en abril.
Aunque todavía no hay cifras oficiales sobre cuánto se sembró en 2025, no se esperan grandes cambios de superficie. Aunque los precios ofrecidos por los poderes compradores fueron relativamente atractivos a la hora de ofrecer contratos a los agricultores, el clima tuvo bastante que decir a la hora de ejecutar la siembra de este año.
‘Mi impresión es que en La Araucanía bajó la superficie de raps: si el año pasado estuvimos en 30 mil hectáreas, en 2025 deberíamos andar cerca de las 28 mil hectáreas. Podría haber un crecimiento en Ñuble y en Biobío, pero se trata de una superficie menor’, sostiene Julio Oberg.
Sebastián Naveillán explica que las intensas lluvias han perjudicado la siembra.
‘Me atrevo a decir que todo el raps de Malleco está sembrado. Hemos tenido un muy mal inicio de temporada porque hemos enfrentado lluvias muy intensas y nos quedaron unas ventanas de tiempo muy chicas para sembrar’, sostiene Naveillán.
El espacio para trabajar se redujo aún más por las limitaciones impuestas por la Conaf a la quema de residuos agrícolas, forma habitual de control de maleza y de abonar los campos cerealeros, durante el verano y el inicio del otoño.

Aunque todavía no hay cifras oficiales sobre cuánto se sembró en 2025, no se esperan grandes cambios de superficie. Aunque los precios ofrecidos por los poderes compradores fueron relativamente atractivos a la hora de ofrecer contratos a los agricultores, el clima tuvo bastante que decir a la hora de ejecutar la siembra de este año.
‘Mi impresión es que en La Araucanía bajó la superficie de raps: si el año pasado estuvimos en 30 mil hectáreas, en 2025 deberíamos andar cerca de las 28 mil hectáreas. Podría haber un crecimiento en Ñuble y en Biobío, pero se trata de una superficie menor’, sostiene Julio Oberg.
Sebastián Naveillán explica que las intensas lluvias han perjudicado la siembra.
‘Me atrevo a decir que todo el raps de Malleco está sembrado. Hemos tenido un muy mal inicio de temporada porque hemos enfrentado lluvias muy intensas y nos quedaron unas ventanas de tiempo muy chicas para sembrar’, sostiene Naveillán.
El espacio para trabajar se redujo aún más por las limitaciones impuestas por la Conaf a la quema de residuos agrícolas, forma habitual de control de maleza y de abonar los campos cerealeros, durante el verano y el inicio del otoño.
La gran duda con la avena
Las casi 97 mil hectáreas de avena sembradas en 2024 según el INE colocan al cultivo como el segundo en superficie tras el trigo y es el único cultivo extensivo orientado a la exportación.
Aunque su siembra ocurre a fines del invierno, desde ya juega un papel importante, pues un crecimiento o una baja puede afectar las decisiones de siembra de otros cultivos.
Los productores de avena no lo pasaron bien en la última cosecha, con precios que resultaron poco atractivos y en algunos casos con tardazas en los pagos.
Aunque su siembra ocurre a fines del invierno, desde ya juega un papel importante, pues un crecimiento o una baja puede afectar las decisiones de siembra de otros cultivos.
Los productores de avena no lo pasaron bien en la última cosecha, con precios que resultaron poco atractivos y en algunos casos con tardazas en los pagos.
A la hora de hacer proyecciones sobre cómo se comportará el mercado de la avena en los próximos meses, Naveillán cree que será clave el desenvolvimiento de la guerra arancelaria.
Chile compite con Canadá por abastecer el continente americano. Mientras los canadienses tienen como mercado principal a Estados Unidos, los chilenos apuntan a Latinoamérica y el Caribe.
El problema es que los conflictos arancelarios entre Estados Unidos y Canadá pueden hacer que en la próxima cosecha canadiense su industria se vea forzada a buscar terceros mercados, lo que le pondría bastante presión a las exportaciones chilenas.
Chile compite con Canadá por abastecer el continente americano. Mientras los canadienses tienen como mercado principal a Estados Unidos, los chilenos apuntan a Latinoamérica y el Caribe.
El problema es que los conflictos arancelarios entre Estados Unidos y Canadá pueden hacer que en la próxima cosecha canadiense su industria se vea forzada a buscar terceros mercados, lo que le pondría bastante presión a las exportaciones chilenas.
Fuente: Revista del Campo